domingo, 11 de diciembre de 2011

 Condiciones básicas para aplicar masaje general.

a)    Etica y profesionalismo: Mantener higiene personal y aseo habitual,  logrará desarrollar confianza en el paciente; se sugiere vestir con prendas de color claro, y cómodas; no portar cinturones y demás detalles como joyas, bandas, abotonaduras sobresalientes, que obstaculicen los movimientos del masaje. Hay que evitar los tocamientos inapropiados y la exposición innecesaria. Es un requisito básico proporcionarle una explicación adecuada al paciente sobre los distintos procedimientos. Es aconsejable retirar joyas de las muñecas o dedos, así como portar bolsas en el vestir de fácil acceso para manipular los recipientes que se requieran. Los masajes eficaces pueden suponer un trabajo agotador, por lo que se requiere cuidado y precisión en la realización del trabajo, si quiere reducirse al riesgo de sufrir lesiones en la espalda. Estar en condiciones de armonía emocional; tener por hábitos dietas sanas, que eviten el consumo de toxinas; beber frecuentemente agua.



b)    Conocimiento de la anatomía de superficie: Es fundamental la familiarización con las estructuras anatómicas y sus funciones ya que sus manos mueven tejidos y sobre todo al aplicar técnicas ideadas para tener efectos sobre estructuras específicas, como los músculos.

c)    Preparación de las manos: Las manos deben estar limpias y bien arregladas. Las uñas deben llevarse  cortas y con las puntas redondeadas, y no deben dañar al paciente al realizar los movimientos. Las manos ideales para el masaje son carnosas en la palma, cálidas, ágiles y no sudorosas. Aquellos que aprendan las técnicas por primera vez, pueden trabajar la agilidad con diversos ejercicios de manos. Es evidente que las manos que presentan cortes, llagas abiertas, verrugas u otras lesiones cutáneas no son aptas para realizar masajes. Antes y después de cada sesión, debe realizarse un lavamiento de manos y en general, éstas, deben estar siempre escrupulosamente limpias. Las durezas o la piel seca o callosidades pueden eliminarse mediante fricciones suaves, con un abrasivo no muy fuerte, como el azúcar granulado con aceite de oliva. En los tratamientos de masaje, las manos realizan dos tareas: por un lado, mueven la piel, tejidos subcutáneos, músculos y otras estructuras; por el otro lado, obtienen información sobre el estado de los tejidos.

d)    Zonas de las manos que pueden emplearse para realizar un masaje:

ü  Toda la superficie palmar de cualquiera de las dos manos, o de ambas.

ü  El borde cubital.

ü  Una o más puntas de los dedos.

ü  Una o más yemas de los dedos.

ü  Yemas de uno o ambos pulgares.

e)    Uso de Lubricantes: Polvos, aceites y cremas. La utilización de lubricantes  facilitan el movimiento de las manos sobre los tejidos corporales. Existen polvos, aceites y cremas. Los más son sin fragancia, ya que ésta puede resultar molesta o incluso desencadenar reacciones alérgicas. La ventaja de los polvos inodoros sobre diversos aceites y lociones es que no permiten que las manos se resbalen por una superficie aceitosa. Jabón y agua caliente: Puede usarse jabón y agua caliente cuando la piel está sucia, seca o escamosa, cosa que ocurre frecuentemente cuando aquella parte del cuerpo ha permanecido un tiempo enyesada. Estos medios son muy útiles para retirar las pieles muertas o secas. Aceites y cremas: Estos medios son muy útiles para tratar la piel y los tejidos subcutáneos, sobre todo las cicatrices, piel seca y zonas desnutridas. Como aceite natural suele emplearse el aceite de oliva de buena calidad o aceite infantil. La textura de la crema debe permitir una ligera absorción, pero no tan grasa que después del masaje todavía quede una buena cantidad sobre la piel. El masajista deberá verter sobre las palmas de las manos la cantidad justa de lubricante y aplicarlo en la zona.

Ø  Nunca verter el aceite directamente sobre el cuerpo del paciente.

ü  También puede usarse aceite mineral.

ü  Para combinar algunas esencias en la presentación de aceite, se sugiere diluir  de 8 a 15 gotas de aceite con aroma en cada 25ml. De aceite base (Aceite mineral o de oliva).

Ø  Aromaterapia: Del griego aroma, 'aroma' y therapeia, 'atención', 'curación'; parte de la herbolaria, que utiliza aceites vegetales concentrados llamados aceites esenciales para mejorar la salud física. Estos aceites no se ingieren sino que se inhalan o aplican en la piel, y pueden provocar ciertos efectos psicológicos, tales como:

Algunos  efectos psicológicos de los aceites esenciales:


Las propiedades para la sanación física son:

§  Aceite de albahaca. De olor dulce;  usado tradicionalmente contra  la depresión, los dolores de cabeza y  problemas respiratorios.

§  Aceite de jazmín: Tiene un aroma dulce  y agradable;  es usado como relajante,  tonificante y para las torceduras.

§  Aceite de lavanda: Aroma dulce; de propiedades antisépticas, relajantes, reconstituyentes de tejidos y para combatir la fiebre.

§  Aceite de Rosa: Agradable y penetrante aroma;  lo usan para equilibrio  sentimental y problemas menstruales.

§  Aceite de Sándalo: Aceite con olor a madera el cual es usado como relajante en meditación y para las pieles secas.



f)     Ropa y posición del paciente: El paciente no debe pasar frío durante las sesiones, todas las partes a las que no se aplica masaje deben estar cubiertas, de ser posible con mantas, sábanas o similares. La habitación debe estar suavemente cálida y preferiblemente tranquila; de ser posible, se sugiere hacer uso de música suave e inciensos, ambos elementos deberán armonizarse con el aroma a utilizar para masajear el cuerpo del paciente; para logar el propósito de relajación y comodidad, los masajes deben darse en privado. Es importante respetar en todo momento el pudor del paciente; para ello, éste debe permanecer debidamente tapado; el paciente siempre debe estar cubierto, de modo que sólo queda visible la parte o partes que van a tratarse. El paciente debe estar apoyado correctamente, de forma que se pueda acceder fácilmente a la zona del masaje. El masajista debe permanecer de pié para poder llegar cómodamente sin tener que inclinarse. La mayoría de los movimientos del masaje, son una combinación entre movimientos realizados con todo el cuerpo y movimientos de las manos. Se deben evitar movimientos aparatosos.

 
g)    Equipamento: Una mesa o superficie de tratamiento adecuada (Por ej:  una camilla o una cama). Lo ideal es que la altura de la camilla sea ajustable, para quedar poco por debajo de la cintura del masajista; lo cual  ayudará a asegurar una postura óptima. Las hay fijas, y portátiles.




Ø  Las medidas oficiales de una mesa de masaje es cercana a 1.80mts. de largo, por .80mts de ancho.



h)   Posición del masajista:   Sólo puede controlar la relajación de las manos si adopta una postura que le permita controlar la relajación de los brazos y moverlos con libertad. Cuando el paciente yace en una cama o camilla, la denominada posición de descanso sin moverse del sitio “De arquero”, o andar sin moverse del sitio “A caballo” suelen ser la más adecuada.


ü  El masajista flexiona sus rodillas y tobillos permitiéndole inclinarse hacia delante y hacia atrás; así alcanzará una zona bastante amplia moviendo poco las caderas y la columna vertebral. Los dos pies deben estar permanentemente en contacto con el suelo. Esta posición facilita una buena relajación de brazos y manos, y evita la fatiga que se origina cuando se dan masajes de pie en posición inclinada y en tensión. También aprovecha el peso corporal para controlar el grado de presión que se ejerce. Esto permite que el fisioterapeuta no doble la espalda.

ü  La altura de la camilla debe permitirnos alcanzar la zona del cuerpo a la que se aplica el masaje manteniendo la espalda erguida. Si quiere reducirse al mínimo la tensión de las articulaciones, es preciso evitar flexionar en exceso las muñecas y realizar hiperextensión de los dedos. Todos estos cuidados son fundamentales para prevenir lesiones en el masajista.

i)     Componentes del masaje: Ante todo, comodidad y apoyo. Como soporte se utilizan almohadas;  sábanas dobladas o mantas, o ambas, para cubrir al paciente y también para mantenerlo caliente.

ü  Colocar al paciente en una postura cómoda y con buen apoyo, para que esté relajado al máximo durante el tratamiento.

ü  Procurar empatía con las personas; incluso sincronice su respiración con el ritmo de respiración de su paciente.

ü  Inhale profundamente y exhale el aire suavemente, respirando desde el abdomen.

ü  Mantener las manos flexibles, para que puedan adaptarse al contorno de la parte del cuerpo a la que se aplica el masaje.

ü  Establecer una velocidad adecuada de movimiento.

ü  Mantener un ritmo regular.

ü  Regular la presión en función de la técnica empleada, el tipo de tejidos que se tratan y el objetivo del tratamiento.

ü  Mantener una postura adecuada y una buena mecánica corporal.

Ø  Nunca perder el contacto físico con el paciente.

Ø  Nunca hacer uso de teléfonos celulares.

Ø  Para que usted se relaje, siéntese cómodamente, cierre los ojos, respire profundo y ordene mentalmente a su pié derecho que se relaje; posteriormente hágalo con el pié izquierdo; esto será seguido de otras partes de su cuerpo como piernas, brazos, tronco, cabeza. Para continuar, junte ambas manos a través de sus palmas y elévelas lo más alto posible, y bajarlas lentamente, hasta alcanzar una altura en que comiencen a separarse, al lograrlo, presionar una contra otra, usando la punta de sus dedos (Creando una figura de cresta, y contar mentalmente de 1 al 10; separar las manos y cerrar manos en puño, girar muñecas.

Ø  También puede sacudir las muñecas de sus manos de 10 a 15 veces.



Ver video          http://www.youtube.com/watch?v=PjYmG4T56h0
          


j)     Relajación: Buscar y lograr  que el paciente se relaje al máximo. Existen dos tipos de relajación: General y local. La primera se refiere al estado de la persona en conjunto;  mientras que la local se refiere a una parte del cuerpo en concreto.  Podemos observar o evitar ciertos factores que  inhiben la relajación, tales como:



ü  Dolor o sensación de dolor.

ü  Miedo a los tratamientos desconocidos.

ü  Entornos nuevos o poco familiares.

ü  Ruido excesivo.

ü   Luces brillantes u oscuridad completa.

ü  Habitaciones frías o con corrientes de aire.

ü  Dificultades para respirar.

ü  Miedo a desvestirse.

ü  Soporte físico, ropas o postura inadecuados.



Ø  Se pueden utilizar técnicas de relajación para ayudar a un paciente tenso a relajarse, a través del Método de relajación por inducción (Se induce el estado de relajación, normalmente hablando con él o ella. Pueden resultar útil una música de fondo adecuada. El paciente cierra los ojos e intente imaginar las escenas que le describe el fisioterapeuta o que le sugiere la música. Este método sirve para desviar la atención del paciente de su cuerpo, fomentando la relajación).

Ø  Caso contrario, los factores ambientales que facilitan la relajación, pueden ser  entorno tranquilo,  iluminación tenue, temperatura moderada, entorno sin corrientes de aire,  zona de tratamiento limpia y aseada. 



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